No resulta facil dejar atrás Prague. Pero desde salir de Santiago tenia en mente llegar a Polonia, especificamente a Cracovia para aproximarme a los campos de concentracion donde murieron tantos judios en la segunda guerra mundial.
Desde Praga son mas de 8 horas via tren a la ciudad donde Juan Pablo Segundo vivio antes de ser Papa. Encontrar el tren fue una odisea porque los checos son duros, no se esmeran en ayudar y en el servicio de informaciones me encontre con una mujer que claramente no estaba en sus mejores dias. Finalmente me hice del ticket....
El viaje me sorprende con un paisaje marcado por las huellas de una nevazon la noche anterior. La primera parada oficial se realiza en Katowice ("Ciudad de Stalin") a 72 kms de Cracovia. Es una ciudad industrial, y luce bastante pobre comparada a mis destinos previos.
Es imposible tratar de comunicarse con estos polacos! La mayor parte de ellos tuvo la educacion que los obligaba a aprender ruso. Solo algunos jovenes tartemudean el ingles.En el control de aduana, hecho en el mismo tren, un oficial como sacado de una pelicula del recuerdo, revisa mi pasaporte con especial esmero. Chequea mi apellido en un viejo cuaderno donde seguramente registra los nombres de los no deseados. Me dirije una inentendibles palabras. Curiosamente luego me entrega el pasaporte sin poner timbre alguno. Intento hablar con el , pero se da media vuelta y el tren sigue su curso.
Katowice no es gran cosa (o al menos eso me parecio el tiempo que estuve ahi). Mejor sigo mi rumbo...
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