Alemania, Primera estación.

Porque estaremos tan lejos de todo?

He estado viajando 33 horas para moverme desde Satiago a Leipzig, en Alemania.

El viaje estuvo bien.Por primera no tuve problemas con mi dieta vegetariana en el vuelo, me tenian identificado e incluso goce del privilegio de ser antendido previo a todos los otros pasajeros.

Me encantan los aeropuertos. Esa sensacion de estar en tierra de nadie es como sacudirse de golpe las camisetas, logos e insignias que se nos asignan, y que no rechazamos de manera complice, en nuestra sociedad chilensis. Aca en Madrid, por ejemplo, no importa nada. Hay una diversidad de acentos, colores, olores (ufff...hay algunos!!!!!) y looks de una variedad increible. Y esto me hace sentir lo mismo que describi hace ya un tiempo atras en mi epoca universitaria refierendome a sentarse mirando el mar: "Sentarse y contemplar la inmensidad me hace sentir pequeno, y me doy cuenta de lo insignificantes que son las cosas que transformamos en imprescindibles para nuestra vida". Siento lo mismo en un aeropuerto. Es una terapia de schock para los egocentricos, para los engrupidos y tambien para los enrollados (presente!).

Después de muchas vueltas pude llegar a mi primer destino: Leipzig, ciudad que mezcla la tradición y el progreso, la cutura clásica y la innovación, tierra de Bach, del restaurant de Goethe en Fausto, de revoluciones ...hay vientos de libertad por acá.


Comienzo asi este pequeno viaje por algunos lugares de la europa del Este. Hace frio, pero no tanto...puedo prescindir de las calcetas de lana por el momento, asi como lo hago con las enies que no encuentro en este teclado alemán.