Cracovia es la Praga con diez años menos. Asi me lo describe el recepcionista brasileño del hostel Good Bye Lenin. Y en cierta medida tiene razon, porque esta ciudad tiene el mismo encanto, edificios e iglesias, pero no está inundado de turistas como en la Republica Checa.Destaca por sobre todo Rynek Glowny, una gran plaza, con el imponente Sukiennice o Mercado, donde se encuentra lo tipico de esta nación, y a su gente en la vida cotidiana. Increible es recorrer el distrito Kazimierz, uno de los principales centros de la religión, cultura y aprendizaje judíos. Ahi vi gran parte de lo que quedó de esa cultura luego de la ocupación nazi. Hay gran cantidad de sinagogas que fueron literalmente destruidas en la segunda guerra, hoy en reconstruccion. En una de ellas observo una muestra fotografica y de video del genocidio. Otra cosa impresionante es el Castillo de Wawel que domina la ciudad y permite una vista espectacular del rio Vístula.
A pesar que hay una gran oferta de tours para visitar Austwicht, decido, previa orientación por internet, emprender mi viaje de manera personal. Temprano tomo el tren a Oswiecimy y desde ahí un bus local al campo de concentración y su museo. En este, llamado Austwicht I, puedo vivir la estremecedora experiencia de estar dentro de la habitación de "duchas" de gas y la camara de incineración aún conservando el negro del fuego. El frio del dia me hace reflexionar de la realidad que viveron los millones de judios que ahi murieron. Es algo que no debiesemos olvidar jamás porque uno se pregunta como puede llegar el hombre a ser tan terriblemente cruel.
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