DEAD MAN WALKING

Los “hombres muertos caminantes” nos rodean desde siempre en nuestra vida. Están ahí, aunque a veces no los vemos. Están ahí, los vemos e ignoramos. Están ahí, y en ciertos casos somos nosotros mismos. Porque esa condición de ser y no ser al mismo tiempo, viene y se va con el ritmo que nuestras experiencias marcan nuestra existencia. Porque responde a ciclos, etapas, momentos y, más temprano que tarde, nos llegará el turno. Puedes reconocer alguna de estas circunstancias?

-Estás parado en la fila de los potenciales jugadores de la pichanga. Los dos mejores frente al grupo comienzan a seleccionar, uno por medio, a sus jugadores. Y nadie parece fijarte en tí. Incluso el gordito mamón ya ha sido nominado. Y tú ahí, comienzas a sentir que si bien vas a finalmente jugar, será solo porque estabas en la fila. Solo para no dejarte mirando. Y una vez en la cancha evitarán darte un pase. Eres un “dean man walking” pichangeando.

-Vuelves a clases el fin de semana comentando con tus amigos lo buena que estuvo la fiesta de los terceros medios del colegio de monjas. En eso estás cuando sin querer escuchas que tu polola atinó con otro mientras tú fuiste a comprar copete con tus amigotes. Ya fuera de clases tienes que juntarte con ella. Sabes que lo que viene es una pateadura sin asco. Sabes lo que te van a decir, pero no puedes huir….y ahí estás, sonriéndole a sus amigas, esperando no quedar nunca a solas con ella para así evitar el momento. Eres un “dead man walking” fingiendo.

-Sales de la sala con la completa convicción de haber rendido un buen examen de Cáculo IV. Afuera, un grupo de amigos se fuman un pucho para votar el stress de las cuatro horas anteriores. Te amaneciste resolviendo las guías de ejercicios y las pruebas de años anteriores. Entonces le preguntas a uno de ellos: “el ejercicio 2 daba 354,7 no???”. En ese momento se produce un silencio profundo y todos te dirigen a mirada. El “Cogollo” el más reventado de todos te dice: “No pos loco, te falto multiplicar por п ”. Así, uno a uno te hacen saber que tus resultados están malos. Calculas mentalmente y la nota no te va alcanzar para aprobar el ramo. Dejas el grupo sintiendo sus risas a tus espaldas. Vas a reprobar y atrasarte en un semestre por el maldito cuento de los pre-requisitos. Eres un “dean man walking” trasnochado.

-Empresa en proceso de reestructuración. De repente empiezas a notar que tu agenda ya no tiene tantas reuniones porque no te están invitando como antes. Algunas de las cosas que tienes bajo tus responsabilidades son reasignadas, sin tú saberlo, a otras personas. Ya no te llaman para hacerte consultas. Ya no comentan ni critican tus reportes ni e-mails. Pareces ser transparente frente a los otros. Ya todo parece dar lo mismo. Nadie te da una señal de para dónde van las cosas. Sin embargo, puedes respirar la incertidumbre y sentir en la piel el frío del aislamiento. Eres un "dead man walking", esperando la carroza.