Thursday, October 12, 2006

Autobiografia..... continuará

Vine a este mundo como el cuarto hijo de una familia de sanantoninos. La mañana en que nací todo estaba revolucionado pues el hombre había llegado a la Luna. Mi madre, esperando ser atendida, sintió unas cuantas contracciones y en cosa de segundos instintivamente estiró su mano para recibirme sin fanfarrias ni homenajes. Llegué solito, sin la ayuda de nadie. Gracias a Dios ella desoyó los consejos de las enfermeras para bautizarme como Neil, Edwin o Michael, los astronautas que ese 20 de julio de 1969 hacían historia con su alunizaje. Ninguno de esos nombres hubiesen sido demasiado adecuados para mi muy español apellido Pérez. Pesaron más en su decisión el nombre de mi abuelo y un homenaje en vida a su ídolo argentino Leonardo Fabio.

Al ser el cuarto hermano siempre tuve referencias muy cercanas de lo que vendría en mi vida y, en cierto modo, me resultaban más atractivas que las que vivía a mi edad. De chico también comencé a recibir comentarios hacia mi personalidad. Comentarios que muy bien sintetizó la “señora Nena”, vecina del barrio, cuando una tarde de lluvia luego de compartir una taza de té con mi madre, lanzó sin mayor preámbulo “harto callado pero bien observador y puntudo este cabro!!”
De la educación básica recuerdo mi empeño en aprender a leer con perfección, mi fascinación por las matemáticas y mis seis años consecutivos siendo elegido “el mejor compañero”. Una profesora nos enseñó a hacer un razocinio antes de resolver cada problema de matemáticas. Ese simple ejercicio creo que me marcó para siempre. Se trataba de escribir cuál era el problema planteado, la forma de resolverlo y el resultado esperado… una lógica que he aplicado en cada desafío de mi vida, una pausa necesaria antes de zambullirse en soluciones mágicas. Ya en la educación media dirigía una especie de periódico, hecho muy artesanalmente. Así mismo incursioné en el manejo de los equipos de amplificación lo que me permitió gozar de la garantía de no “formarme” para los actos matinales de cada Lunes, pues yo “amplificaba”. La idea de convertirme en Ingeniero acústico se posesionó entonces de mí. Este plan solo sería desbaratado cuando, en un cumpleaños de mi abuela, un tío ingeniero me comentó el poco futuro de esa profesión así como la de Arquitecto pues “levantas una piedra y encuentras uno” …claro, él se olvidó que junto a cada arquitecto debajo de la piedra también habitaba un par de ingenieros.

Con un muy buen puntaje en la entonces PAA la tarea de elegir el siguiente paso se vio influida por las más distintas razones. Con un propósito bastante kamikaze, no solo había que elegir ingeniería sino también la especialidad y el lugar donde fuese más difícil: Electrónica en la Santa María aparecía entonces en mi vida. Quién puede decir que a los dieciséis años se toman decisiones maduras?

Ser universitario fue muy entretenido. Desde el primer año me incorporé a actividades extra-programáticas. Fui el conductor oficial de los videos de las semanas mechonas, lo que me daba cierto status para acceder a todos los eventos, conocer a las reinas, entrevistar a los artistas famosos y ver mi trabajo proyectado en la pantalla gigante el día de la fiesta de clausura. Continué además con mi veta literaria, fundando un pasquín donde durante cuatro años generamos una pequeña movida cultural. Finalmente terminé siendo miembro de la federación de estudiantes, con campaña, discursos, arengas, promesas y protestas de por medio. Todo lo que “le lleva” el mundo político. A pesar de todas esas actividades me gradué con la nota máxima una calurosa tarde de Enero.

Desde entonces comencé a reflexionar sobre lo muy establecido que, a veces, se presenta la vida. Estudiar-graduarse-trabajar-comprarcasa-casarse me parecía una secuencia demasiado rígida y poco cuestionada, y una increíble presión social. Es así que el Túnel de Ernesto Sábato se transformaría en una especie de libro de cabecera. Yo no quería estar en el túnel. Ahí también aparece Kerouac y su On the Road, una verdadero himno a la vida sin estructura (al menos las tradicionales) y El lobo estepario de Hesse.

He tratado, a veces con éxito otras veces no tanto, de darle matices a mi paso por esta existencia. He trabajado en distintos lados, he vivido en distintos lugares, he dejado de ser ingeniero para ser granjero, me he transformado en padre y me he emocionado con la maravilla de la vida en un nuevo ciclo. Hay días en que me asusto de todo lo que se ha desatado en mi vida. En eso estoy, siguiendo el consejo de Whitman:”No permitas que la vida te pase a ti, sin que la vivas”.

....y ahora que viene????

Por favor, Rankeame(1-5)

1 comment:

Anonymous said...

ME DA MUCHO GUSTO LEER LO QUE ESCRIBES , ME LLENA DE ALEGRIA Y QUE AUN RECUERDAS CADA COSA DE TU INFANCIA CON EMOCION Y NO OLVIDAS DE DONDE VIENES ,,,,
NUESTRAS SIAS PASAN TAN RAPIDO QUE MUCHAS VECES NOS OLVIDAMOS DE AQUELLAS COSAS QUE NOS HICIERON Y NOS LLENARON DE FELICIDAD, TE RECUERDAS DE CUANDO QUERIAS UNA AUTOPISTA, O QUERIAS UNA CAMARA FOTOGRAFICA , LAS CAMPAÑAS QUE REALIZABAS DIAS O MESES ANTES .....

QUE DIAS AQUELLOS Y TODO LO QUE NOS LLENO Y ERAMOS ETERNAMENTE FELICES PERO AHORA LOS TIEMPOS CAMBIARON Y DEBEMOS LUCHAR POR SER FELICES CON CADA COSA QUE NOS PASA .....

PERO BIEN ESTAMOS CRECIENDO Y MADURANDO A LA VEZ ...


SOLO TE PUEDO DECIR QUE ME DIO MUCHO GUSTO VERTE ESTE FIN DE SEMANA Y AHORA CUMPLIENDO EL ROL DE PAPA, LO HACES BIEN Y ERES MUY CUIDADOSO CON TU HIJO ...TE FEWLICITO Y SIGUE ASI ...