Thursday, October 11, 2007

PARA MI PADRE

Trabajo, lealtad, amor incondicional y un cúmulo sentimientos que no logré explorar en su totalidad. Mi padre, un sencillo hombre de San Antonio me regaló lo más grande que se puede entregar a un hijo: el ejemplo de una vida, más que palabras.

Hace nueve años me despertaron de madrugada para avisarme que estaba internado de urgencia. Sin auto ni celulares, mi llegada no fue lo oportuna para alcanzar a despedirme de él y decirle cuanto lo amaba, y de explicarle que mis largos tiempos sin visitarlo no eran más que desidia de quien cree siempre tendrá a sus seres queridos consigo.

Se fue sin mi adios, pero estoy seguro que hoy está cada minuto junto a mí. Sé que ha gozado con mis logros, que me acompaña en la tristeza y que debe estar chocho con su nuevo nieto.

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